Una lección sobre el llanto
¿Alguna vez se te rompió el corazón? ¿Cuál fue la causa? ¿Crueldad, fracaso, infidelidad, pérdida? Quizá te escurriste en la oscuridad para llorar.
Nunca se sabe
Mientras estudiaba en el seminario, dirigí un campamento de verano para niños en la Asociación Cristiana de Jóvenes. Cada mañana, empezaba el día con una breve historia en la que trataba de incluir un elemento del evangelio.
La bondad del Señor
Hace algunos años, encontré un breve ensayo escrito por Sir James Barrie, un barón inglés. Allí describe íntimamente a su madre, la cual amaba profundamente a Dios y Su Palabra, y que, literalmente, había leído la Biblia hasta deshojarla. «Ahora es mía —escribió Sir James— y, para mí, los hilos negros con que la cosió son parte del contenido».
Pescar donde no hay peces
Tengo un amigo muy bueno con quien suelo ir de pesca. Después de ponerse las botas de pescador y juntar todo el equipo, se sienta en la puerta trasera de su camioneta y observa el río durante unos 15 minutos, para ver si salta algún pez. «No tiene sentido pescar donde no hay peces», dice. Esto me lleva a pensar en otra pregunta: «¿Pesco almas donde no están?».
La buena vida
Los filósofos meditan sobre este asunto: «¿Qué es la buena vida y quién la tiene?». Al instante, pienso en mi buen amigo Roy.
Palos y piedras
El salmista estaba harto del «menosprecio de los soberbios» (Salmo 123:4). Quizá tú también. Es probable que tus vecinos, tus compañeros de trabajo o de escuela se burlen de tu fe y de tu decisión de seguir a Cristo. Los palos y las piedras nos quiebran los huesos, pero las palabras pueden dañarnos mucho más profundamente. En su comentario sobre este salmo, Derek Kidner se refiere al menosprecio como «acero frío».
El poder de una promesa
Yo llevo sólo dos joyas: un anillo de bodas en el dedo y una pequeña cruz celta en una cadena alrededor del cuello. El anillo representa mi compromiso de ser fiel durante toda la vida a Carolyn, mi esposa. La cruz me recuerda que no sólo lo soy por amor a ella, sino también por causa de Jesús. Él me ha pedido que sea fiel a mi esposa hasta que la muerte nos separe.
En resumen
Una vez, me puse a contar y descubrí que el Discurso de Gettysburg, de Abraham Lincoln, contiene menos de 300 palabras. Entre otras cosas, esto significa que no hace falta que las palabras sean muchas para que sean memorables.
¡El Hijo amanece!
Según una leyenda, el nombre del estado donde nací, «Idaho», viene de una palabra de los indios shoshone: «i-da-jou»; que traducida significa algo parecido a: «¡Miren! El sol se levanta sobre la montaña». Suelo pensar en esto cuando el gran astro aparece sobre las cumbres en el oriente y derrama su luz y su vida sobre el valle donde vivimos.
Lenguaje de señas
Un amigo mío es pastor de una congregación en un pequeño pueblo de montaña cerca de Boise, Idaho. La comunidad está enclavada en un valle boscoso por donde pasa un arroyo pequeño y agradable. Detrás de la iglesia y a lo largo de la corriente de agua, hay un bosquecillo de sauces, un espacio con césped y una playa con arena. Es un lugar idílico que, por mucho tiempo, ha sido el sitio de reunión de los miembros de la iglesia para esparcimiento al aire libre.